lunes, 26 de noviembre de 2007

Pasarela




Pasarela

El alma
sin arrugas, la tienen
los de arriba.

No conocen desaciertos
ni apremios,
no miran hacia abajo.

Con brillo y poder,
revestidos de soberbia
se pasean por la vida.

No les perturba la inquietud
de una mirada
ni ven el otro lado del espejo.

Sin embargo, los de abajo
no somos “de abajo”
por vocación.

No elegimos la opresión,
mucho menos la ignorancia
y el olvido.

Seguimos batallando,
con la esperanza cargada
en las maletas.

Seguros, eso sí, que
más allá del dolor
y la impotencia,

aún hemos de beber
del vino más añejo,
el reservado.

Y habremos de llegar,
sin importar lo empinada
de la cuesta.


María Concepción Aranda

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